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Prevención de riesgos laborales para personas empleadas del hogar

Pautas para trabajar de forma segura y saludable

Las personas empleadas del hogar están expuestas a sufrir accidentes laborales o enfermedades profesionales. El empleador/a está obligado a cuidar de que el trabajo se realice en condiciones adecuadas de seguridad y salud, tal y como establece el artículo 7 del Real Decreto 1620/2011, de 14 de noviembre, debiendo adoptar medidas eficaces para este fin de acuerdo a las características específicas del trabajo a realizar.

Recientemente, a través del Real Decreto-ley 16/2022, se ha suprimido la exclusión de las/os empleadas/os del hogar de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, y se ha añadido la disposición adicional 18ª que establece que las personas trabajadoras al servicio del hogar tienen derecho a una protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo, especialmente en el ámbito de la prevención de la violencia contra las mujeres, teniendo en cuenta las características específicas del trabajo doméstico, en los términos y con las garantías que se establecerán en un futuro reglamentariamente.

Es importante conocer los riesgos a los que pueden exponerse y las medidas preventivas para evitar sufrirlos.

¿Cuáles son los riesgos a los que pueden exponerse y las medidas preventivas que pueden adoptar?

Algunos de los riesgos más comunes, relacionados con el mantenimiento de la casa, con el cuidado de personas u otros trabajos domésticos, son:

1. Caídas al mismo nivel: suelos mojados o sucios, obstáculos en zonas de paso, poca iluminación:

  • Limpiar rápidamente cualquier derrame de líquidos en el suelo.
  • No atravesar estancias con suelo mojado.
  • Mantener las zonas de paso libres de obstáculos.
  • Evitar caminar a oscuras y/o corriendo por el domicilio.

2. Caídas a distinto nivel: uso de escaleras, almacenamientos elevados, huecos abiertos o mal protegidos:

  • Utilizar escaleras seguras para acceder a zonas altas o elementos auxiliares adecuados.
  • Acceder a las escaleras de frente, ayudándote de las manos.
  • No tratar de alcanzar desde la escalera lugares alejados.

3. Golpes o choques: cajones, ventanas y puertas de armarios abiertas, almacenamientos inestables, estanterías sin anclar, almacenamiento incorrecto:

  • No dejar cajones y puertas de armarios abiertas.
  • Apilar de forma ordenada en estanterías, reservando la zona superior para cosas menos pesadas.
  • Mantener las zonas de paso libres de obstáculos.

4. Quemaduras, incendios o explosiones: instalaciones eléctricas y/o de gas defectuosas, falta de limpieza, presencia de llamas o superficies calientes, salpicaduras de aceite u otros líquidos a alta temperatura, etc.

  • Manipular con precaución los aparatos mientras estén calientes. En caso necesario, proteger las manos.
  • Alejar las fuentes de calor de materiales inflamables.
  • Extremar las precauciones en las tareas de cocinado.

5. Contaminantes químicos: mezcla de productos de limpieza, exposición a vapores tóxicos, ventilación insuficiente.

  • Seguir las indicaciones de las etiquetas de los productos utilizados.
  • No mezclar productos de limpieza.
  • Mantener los productos en su envase original, cerrado y con su etiqueta.

6. Contaminantes biológicos: contacto con personas con enfermedades infectocontagiosas, contacto con animales, agua y alimentos contaminados, cocción de alimentos insuficiente, etc.

  • Lavarse bien las manos con agua y jabón antes y después de los contactos con personas enfermas, antes de manipular alimentos y después de ir al baño.
  • Limpiar encimeras y utensilios de cocina antes y después de preparar alimentos, sobre todo los crudos.
  • Usar elementos de protección adecuados para manipular todo tipo de residuos, cubos de basura,… evitando el contacto directo con los mismos.

7. Sobreesfuerzos: manipulación de cargas, posturas forzadas, movimientos repetitivos:

  • Alternar tareas durante la jornada para fomentar la utilización de distintas partes del cuerpo, evitando posturas forzadas y/o movimientos repetitivos por períodos prolongados.
  • Evitar manipular cargas pesadas o, en caso necesario, solicitar ayuda.
  • Para la manipulación de cualquier carga, flexionar las piernas y mantener la espalda recta.
  • Utilizar elementos accesorios adecuados cuando sean necesarios.
  • Para sujetar y/o movilizar personas, solicitar su colaboración, en la medida de lo posible.

8. Desgaste y estrés emocional: sobrecarga física, psíquica y emocional.

  • Dejar las tareas más duras para los momentos de máximo rendimiento.
  • Establecer pausas durante la jornada laboral.
  • Para cuidar a una persona dependiente, solicitar información acerca del tipo de cuidados que requiere.

9. Accidentes al ir o al volver del trabajo / desplazamientos durante la jornada.

  • Procurar salir con tiempo suficiente.
  • Utilizar siempre el trayecto más seguro, caminando por la acera.
  • Al caminar por carretera, ir por el arcén en sentido contrario a la circulación y utilizar alguna prenda reflectante.
  • Prestar atención durante el desplazamiento, atendiendo siempre al código de circulación.
  • Aumentar la precaución cuando las condiciones climatológicas sean desfavorables.
  • Mantener la distancia de seguridad y avisar de las maniobras con antelación durante la conducción.

Para más información…

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