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¿Qué debemos hacer si se produce una caída de altura?

Cuando se realizan trabajos en los que existe un riesgo de caída, como trabajos en plataformas elevadoras (PEMP), en cubiertas, accesos por escaleras verticales, etc., los trabajadores utilizan, de manera habitual, los equipos de protección individual (EPIs) correspondientes: arneses y sistemas de sujeción/retención.

En el momento en el que ocurre una caída desde una altura, y si los sistemas de anclaje y el arnés han “resistido”, viene la fase en la que el trabajador (consciente o no) se encuentra suspendido. Es así cuando se expone a sufrir el denominado síndrome ortostático o trauma de suspensión.

Existen varios factores que pueden favorecer la aparición de este síndrome: una mala elección del arnés, una incorrecta colocación del mismo… Por el contrario, los conocimientos del propio trabajador y de sus compañeros sobre cómo actuar, pueden evitar o reducir el propio síndrome. Por ello, es imprescindible y vital conocer el problema, tener diseñados los procedimientos y haber adquirido la formación apropiada.

Otro tema importante a tener en cuenta es que, al estar suspendido, las correas del arnés comprimen parcial o totalmente el paso de la sangre por las piernas, dificultando el retorno venoso y, por ello, una reducción del flujo sanguíneo a otros órganos.

Por otro lado, ese “torniquete” hace que en los brazos y piernas se acumulen toxinas procedentes de la muerte celular y de la falta de oxígeno. Si alguien colocase al trabajador de repente en posición horizontal durante un intento de rescate, esa sangre con déficit de oxígeno podría fluir al resto del cuerpo (síndrome de reflujo) y causar daños en los órganos vitales, cerebro, riñones, o sobrecargar al ventrículo derecho provocando que el corazón deje de latir.

Los síntomas que aparecen cuando se inicia este síndrome, debido principalmente a la mala circulación de la sangre, son el entumecimiento de pies y piernas, calambres, náuseas, taquicardia, dolor intenso, sensación de asfixia, contracciones incontrolables, bajada de tensión y disminución del nivel de consciencia. Estos síntomas pueden aparecer de manera inmediata.

El principal problema del trauma por suspensión es el poco tiempo en el que se produce. Siempre que una persona se encuentre inmóvil y/o inconsciente, el tiempo de reacción para rescatar el herido es limitado, desde 5 hasta 30 minutos, dependiendo de muchos factores, como son la complexión y la condición física de la persona, aunque la muerte puede sobrevenir a los 10 minutos.

En los accesos por estructuras o escaleras puede existir el riesgo de quedar suspendido

Incluso puede sobrevenir si la víctima es descendida consciente y no se realizan las técnicas de primeros auxilios correctas, y fallecer desde una hora a varios días después (“la muerte del rescate”). Además, es necesario valorar la recomendación de colocar al trabajador en PLS-derecha (Posición Lateral de Seguridad derecha) durante y después de un rescate.

Cómo rescatar al trabajador

Para evitar que se pueda desarrollar un trauma por suspensión en un trabajador que ha sufrido una caída, es recomendable elaborar un procedimiento de rescate desarrollado en dos fases:

Antes de la caída:

  • Adquirir la formación específica para poder resolver situaciones de rescate en altura.

Anexo 4 (RD 2177/2004-altura): formación sobre técnicas de salvamento de personas accidentadas en suspensión

  • Cualquier trabajo en el que exista un riesgo de caídas de altura, y en el que se utilice un arnés, debe ser planificado, además de disponer y tener preparados los medios necesarios y la estrategia (protocolo/procedimiento) para efectuar una posible operación de rescate de un compañero o persona suspendida en altura.

             Art 20 (Ley PRL 31/1995): análisis de las posibles situaciones de emergencia

  • Se debe elegir el arnés adecuado al tipo de trabajo, a la complexión de cada persona y se debe aprender a regularlo correctamente.

Durante la fase de suspensión:

En primer lugar, seguir la pauta  P.A.S (Proteger. Avisar. Socorrer)

El trabajador accidentado debe:

Uso de cintas anti-trauma para reducir la tensión

– Mantener la calma, movilizar las piernas y realizar cambios de posición. En caso de no ser posible, mantener las rodillas dobladas, retrasando con ello la aparición de los síntomas.

– Utilizar elementos que nos permiten descargar parcialmente tensión de las correas del arnés, tales como  cintas anti-trauma, estribos, peldaños…

– El manejo de las cintas anti-trauma básicamente consiste en desplegar ambas cintas, que se encuentran ubicadas en los laterales del arnés. Posteriormente se unen entre sí por los extremos y, al pisar esta cinta con ambos pies, se elimina/reduce la tensión ejercida por las correas del arnés, así como el riesgo de trauma por suspensión significativamente.

Los compañeros del trabajador deben:

– Si la víctima permanece consciente durante el rescate, se la debe tranquilizar y persuadir para que mantenga las piernas en posición horizontal, si es posible.

– Los compañeros del trabajador, tras alcanzar la posición de la víctima, deben priorizar la detención del trauma por suspensión. Como ejemplo, si un trabajador se coloca debajo del accidentado y lo sienta sobre sus hombros, se consigue que las piernas queden en posición de descanso algo más elevadas, aliviando la presión sobre las ingles, y reduciendo la presión del arnés sobre las arterias y venas femorales.

– Garantizar, de manera segura, un rápido rescate (priorizándolo respecto a la estabilización), sin que esto ponga en riesgo al propio rescatador. Evitar rescatar a las víctimas en posición vertical y, si esto no es posible, se debe rescatar a la víctima en el menor tiempo posible y aplicar los primeros auxilios precisos.

 

Fuente: ANETVA: Asociación Nacional de Empresas de Trabajos Verticales

Álvaro Redondo Bañuelos
Consultor en Prevención de Asepeyo

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