Cómo cuidar nuestra salud mental

El estado de nuestro bienestar emocional nos permite resolver con éxito las diferentes situaciones que van surgiendo a lo largo de la vida, tomando decisiones, enfrentándose o adaptándose a ellas. Pero una falta de habilidades para hacerlo puede conducir a estados de estrés mantenido y otras situaciones, por lo que es conveniente trabajar bien las aptitudes de manejo emocional. La interacción social, con el entorno laboral y con la familia son claves para su desarrollo.

Bajo el lema “Compartimos vulnerabilidad, defendamos nuestra salud mental”, el movimiento asociativo Salud Mental España destaca una realidad común: que todas las personas son vulnerables frente a las múltiples crisis y emergencias, y que todos podemos ver afectada nuestra salud mental.

Ante esta situación, es importante impulsar medidas de prevención, fortalecer las redes de apoyo comunitario, mejorar los servicios de atención, además de fomentar una cultura basada en la empatía, el cuidado mutuo y la reconstrucción colectiva.

Objetivos de la campaña anual

  • Reconocer que todas las personas experimentamos momentos de fragilidad emocional.
  • Fomentar la empatía social y la inclusión.
  • Promover espacios seguros para expresar emociones sin estigma.
  • Destacar que la salud mental es una causa colectiva, no solo individual.
  • La vulnerabilidad es universal. No es una debilidad, es parte de la condición humana.
  • Hablar de forma sana. Compartir experiencias emocionales fortalece redes de apoyo.
  • La comunidad es clave: nadie debería enfrentar la salud mental en soledad.

¿Cómo podemos mejorar nuestra red de apoyo?

  • Mantener relaciones significativas con amigos y familiares es fundamental. El apoyo social puede ayudarte a enfrentar desafíos y reducir el estrés.
  • Habla sobre tus sentimientos con tu entorno. No tengas miedo de expresar tus emociones y buscar apoyo cuando lo necesites.
  • Sé recíproco. No sólo busques apoyo, sino también ofrece el tuyo. La reciprocidad fortalece las relaciones y crea un ambiente de apoyo mutuo.
  • Únete a grupos con intereses comunes. Busca clases, grupos de voluntariado o actividades relacionadas con tus pasatiempos e intereses para conocer personas con valores y metas similares.
  • Participa en la comunidad. Involúcrate en eventos o proyectos comunitarios para establecer relaciones más profundas.
  • Sé proactivo. Esfuérzate y sal de tu zona de confort para iniciar conversaciones y conocer gente nueva.

Cuídate para cuidar a los demás

Para mantener un entorno favorable es importante también cuidar a quien nos cuida.

  • Fomenta las relaciones positivas.
  • Anima a mantener un círculo social activo y positivo, pasando tiempo de calidad con amigos y familiares.
  • Fomenta la práctica de la gratitud con tus allegados.
  • Intenta estar presente en tus relaciones y dedicarles tiempo de calidad.
  • Promueve la comunicación abierta. Crea un ambiente donde se sientan cómodos expresando sus pensamientos y sentimientos, ya que hablar alivia y fortalece las conexiones.
  • Para cuidar también debemos cuidarnos. Establece límites personales cuando sea necesario, pide tiempo para ti para proteger tu bienestar emocional.

¿Qué señales nos pueden alertar de la necesidad de apoyo?

  • Cambios significativos en el estado de ánimo, como tristeza persistente, irritabilidad extrema.
  • Cambios repentinos en el comportamiento.
  • Pensamientos recurrentes de dañarte a ti mismo/a o a los demás.
  • Sentimientos abrumadores de ansiedad o ataques de pánico.
  • Problemas para dormir, ya sea insomnio o dormir demasiado.
  • Dificultades para llevar a cabo actividades diarias o mantener relaciones saludables.

Y recuerda…

Una red de apoyo actúa como un pilar de bienestar que beneficia a personas de todas las edades y etapas vitales, especialmente en momentos de dificultad, contribuyendo a una mejor salud y calidad de vida.