¿Qué es el riesgo por radiación?
El ser humano está expuesto a radiaciones que pueden ser de origen natural o artificial. Dentro del origen artificial se encuentra una exposición accidental o bélica. Este artículo desarrolla, de forma muy simplificada, algunos aspectos de la protección frente a las radiaciones y cómo se puede controlar un accidente radiológico que suponga un riesgo para trabajadores, público general o medio ambiente.
Los sistemas de protección frente a la radiación
Diferentes organizaciones internacionales han configurado el sistema de protección frente a las radiaciones. Quizá vale la pena conocer las más significativas: IRPA, OIEA, ICRU, ICRP. Todos los escenarios de exposición, laboral o no, accidental o no, pacífica o en escenario bélico, tienen que estar contemplados. Sería largo describir cada una de ellas, qué misión tiene encomendada, pero vale la pena señalar que ICRP establece, desarrolla y actualiza unos principios de protección que la normativa de los diferentes países adoptan y que, por tanto, son comunes en la comunidad internacional.
Gracias a esa normativa se dispone, por ejemplo, de un sistema de monitoreo continuo de los niveles de radiación que mantiene el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). El siguiente enlace permite acceder a la información sobre este sistema, y desde éste entrar en un mapa con los datos. A nivel europeo se puede encontrar una información similar en este enlace.
¿Cómo se controla el riesgo por radiación?
Para llevar a cabo un monitoreo de los niveles de radiación y de posibles contaminantes se necesitan unos equipos de medida que proporcionen datos e información para el análisis y la toma de decisiones. Cada tipo de radiación o contaminante requiere de una técnica de medida, pero todas ellas están disponibles. Así, se ha de destacar que ICRU sirve para disponer de unas unidades de medida, unos sistemas de calibración para poder determinar con precisión en todo el mundo el nivel de riesgo radiológico. Así, los datos que finalmente se proporcionan son los valores de dosis. La dosis es una magnitud muy relevante dado que, expresado de forma simplificada, es una estimación del daño generado por un nivel determinado de radiación, considerando la magnitud y las características de la radiación y a qué partes del cuerpo afecta. Estos niveles de radiación se comparan con unos valores límite para analizar el posible daño.
La posibilidad de medir, valorar y determinar el tipo de radiación en los escenarios es una ventaja de la que, por ejemplo, no se dispone frente a otros agentes, como son los biológicos. En la pandemia no se han dispuesto de sistemas de detección y medida de presencia en aire de SARS_COV 2, cosa que sin duda cambiaría, enormemente, la prevención de contagios.
¿Cómo nos podemos proteger de la radiación?
Una vez determinado cualquier punto de contaminación radiológica o foco de radiación ionizante, se puede establecer la medida más eficaz de protección y control, teniendo en cuenta los niveles que se consideran seguros, de acuerdo a los efectos conocidos.
La protección radiológica se centra en tres aspectos:
- Tiempo de exposición
- Distancia
- Blindaje
Está claro que se ha de minimizar el tiempo que se permanece expuesto a la radiación. Por otro lado, estar lo más lejos posible de la zona de emisión reduce la dosis recibida de forma general y el potencial daño. Un punto clave es la contaminación radiactiva, ya que estar en contacto directo con sustancias radiactivas por estar incorporadas al organismo, supone un tiempo de exposición permanente a una fuente radiactiva en contacto inmediato con el cuerpo, lo que supone la maximización del potencial daño ocasionado.
El blindaje o la interposición de barreras protectoras es una medida que atenúa o reduce la exposición. La idea de blindaje es muy general y se ha de desarrollar un poco. Por ejemplo un tipo de radiación muy dañina denominada alfa, no es capaz de atravesar una hoja de papel, en cambio los rayos X requieren de un grosor mayor (algunos mm o cm) de material denso como el hormigón, acero o metal, para impedir el paso de esa radiación.
Como cualquier riesgo que se ha de asumir, sea del ámbito laboral o más general, el temor que suscita se ha de tratar siempre de la forma más rigurosa y racional posible. Cuando, además, aparece como una amenaza en un conflicto bélico, este riesgo y miedo se usa como una arma contra la población y, justamente, la defensa ha de ser dicha información para evitar, por ejemplo, reacciones como la búsqueda desesperada de pastillas de yodo. No hay que dejar de tener presente que las radiaciones ionizantes en usos pacíficos suponen un beneficio indudable, tanto en el ámbito médico como industrial.
Seguridad y salud frente a las radiaciones ionizantes
Javier Aniés
Consultor de Prevención de Asepeyo