“Sentí que la Fisioterapia era mi destino”

profile-sample1
profile-image

Laura Miras Gracia42 años

Fisioterapeuta Hospital Asepeyo Coslada

¿Cuándo empezaste a trabajar en Asepeyo?

Empecé a trabajar en septiembre del 2000, como fisioterapeuta, en el turno de tarde. Hice grandes amigos, de hecho encontré a mi marido.

¿Por qué te hiciste fisioterapeuta?

Mi padre es médico y mi madre enfermera, y de pequeña mis hermanas y yo pasamos mucho tiempo en el hospital donde trabajaban y ese ambiente me gustaba. La carrera de Medicina me parecía muy larga y cuando me empecé a informar sobre la Fisioterapia sentí que era mi destino.

¿Cómo es un día cualquiera en la vida de un fisioterapeuta ?

Nuestros días son muy completos, con mucho trabajo y, personalmente, con una relación muy cercana con los pacientes.

¿Qué es lo que más te apasiona de tu profesión?

El ambiente de trabajo y el aprecio de mis compañeros.  La diversidad de personas que conoces y lo que se aprende de cada una de ellas.

¿Y de qué prescindirías?

Prescindiría del ordenador y de los cursos on line que hacemos, creo que restan tiempo de tratamiento a nuestros pacientes.

¿Cómo definirías tu relación con los pacientes?

Muy buena, muy cercana y de confianza absoluta.  Yo siempre les comento que somos un equipo y, de esa manera, conseguimos grandes cosas.

¿Qué cambios significativos has vivido profesionalmente a lo largo de tu carrera?

Cuando yo entré era todo en papel, así que el cambio más importante es trabajar con ordenador. El avance tecnológico de los últimos años nos ha aportado nuevos aparatos que, sin duda, mejoran los tratamientos.

Si tuvieras la capacidad de cambiar algunas cosas del Hospital, ¿cuáles serían?

La forma de evaluar la cantidad de trabajo que tenemos en Rehabilitación. Un paciente no es una cifra, hay pacientes (lesionados medulares o politraumatizados) que requieren mayor tiempo de trabajo y deberíamos poder dedicarlo.

También mejoraría la entrada al Hospital, instalando un sistema para proteger de la lluvia a los pacientes cuando bajan o suben de la ambulancia.

Un sueño de futuro, profesional o personal.

Seguir creciendo cada día como profesional. Y, en lo personal, ver crecer a mis hijos, los tres trofeos más importantes de mi vida.